El mundo de las Tecnologías de la Información (TI) ha estado marcado en su historia por grandes “revoluciones” o cambios de paradigma, la más importante de la cuales ha sido Internet. No obstante, si analizamos la reciente irrupción del modelo de Cloud Computing, vemos que no representa tanto una revolución del “qué”, sino más bien de la evolución del “cómo”. En este post te damos las claves.  Así que… no mires al cielo y súbete a la nube!

Cloud Computing es una nueva forma de entender la gestión de recursos TIC e incluso procesos de la pyme Es decir, la evolución en la forma de ofrecer servicios de computación, consumirlos, provisionarlos, modificarlos, eliminarlos, contabilizarlos, facturarlos, contratarlos… etc.

Pero lo que realmente posiciona al Cloud como una disrupción y una nueva era son los posibles beneficios de unas economías de escala sin precedentes así como la democratización tecnológica. El Cloud permite a los usuarios de TI poder obtener “lo que quieran, como quieran y cuando quieran”, además de proporcionar una gran oportunidad de acceso a las tecnologías más novedosas y actualizadas.

¿Qué es el Cloud Computing?

Aunque existen múltiples definiciones de Cloud Computing una de las más completas y ampliamente difundidas es la elaborada por el NIST (National Institute of Standards and Technology) del departamento de comercio de EEUU:

“Cloud Computing es un modelo de prestación de servicios que permite acceso vía red a un conjunto configurable y compartido de recursos de computación (p.ej. servidores, almacenamiento, redes telemáticas, aplicaciones y servicios) de una forma conveniente y bajo demanda, pudiendo ser aprovisionados y liberados con unos mínimos esfuerzos de gestión o intervenciones del proveedor del servicio.”

Más que una solución TIC

Cloud Computing permitirá a las empresas ser más ágiles, competitivas y eficientes ya que les facilita acceder a las tecnologías más avanzadas de manera rápida y escalable, sin necesidad de grandes inversiones, lo cual reduce el time to market y permite aprovechar todas las oportunidades de mercado. Los beneficios se cifran no solo en ahorros económicos por la racionalización de costes TI sino también, en los derivados de la eficiencia tecnológica, de la agilidad en la adopción de nuevas soluciones y del aprovechamiento de nuevas oportunidades de negocio.

Pero la revolución va más allá. La reducción de ciclos tecnológicos hace que la tecnología se quede obsoleta antes de que las inversiones hayan sido amortizadas, lo que convierte al Cloud Computing como el modelo más adecuado para la mayoría de las entidades que busquen estar siempre actualizadas sin sobrecostes. Solamente aquellas compañías que alcancen grandes economías de escala, podrán asumir los costes de una rápida renovación.

El cloud computing, en un entorno como el actual,  se ha convertido en un modelo tecnológico muy válido.  Los servidores, las aplicaciones y las herramientas en la “nube” han venido para quedarse y está claro que van a terminar siendo los preferidos para las empresas independientemente de su tamaño, –  Pyme, Mediana o gran empresa-  y de cualquier tipo de sector.

Cloud Computing no es una opción de futuro, es el futuro.